¿Y SI VEMOS EN NUESTRO INTERIOR, QUE ENCONTRAREMOS?




Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil.
La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña.
¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?
Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada.
Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.
Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.
!!Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?
Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas.
10 Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa.
11 !!Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!
12 Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.
13 Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.
14 Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en él se regocijaba.
15 Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.
16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia.
17 Y los corderos serán apacentados según su costumbre; y extraños devorarán los campos desolados de los ricos.
18 !!Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta,
19 los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!
20 !!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
21 !!Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
22 !!Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida;
23 los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
24 Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.
25 Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
26 Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.
27 No habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus sandalias.
28 Sus saetas estarán afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino.
29 Su rugido será como de león; rugirá a manera de leoncillo, crujirá los dientes, y arrebatará la presa; se la llevará con seguridad, y nadie se la quitará.
30 Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz. (Isaías 5)

¡Qué fácil es torcer el camino! Es una acción simple la de auto justificarnos de todo lo malo que hacemos y de nuestro estilo de vida. Qué fácil es olvidar que aunque para nuestros ojos nuestro proceder nos parezca bueno no es así para nuestro Creador, pues el ve y nunca le son ocultas nuestras intenciones.  Somos una sociedad que ha priorizado el tener y se ha olvidado que hay felicidad en el dar. Nos hemos convertidos en personas que creen tener siempre la razón y menos preciamos la opinión de quienes pueden darnos dirección a lo largo de nuestra vida.  Nos deleitamos en aquello que es temporal, en lo superfluo, en el pecado y hemos llegado a tal punto que a lo bueno hoy le decimos malo y al pecado no solo lo hemos justificado sino que hoy es aplaudido y defendido con marchas, con filosofías, leyes y programas de Tv.


Creemos vivir bien solo porque no faltamos cada domingo a la iglesia.  Creemos que agradamos a Dios porque el pastor nos reconoce y nos necesita para el ministerio.  Creemos que nuestra vida ha encontrado justicia porque somos líderes de una grupo en casa o porque cantamos en el equipo de adoración de nuestra iglesia.  Sin embargo nuestros valores no han cambiado, nuestra prioridades siguen siendo las mismas y ese mal hábito de ocultar nuestro pecado aún permanece en nuestra vida.  Dejemos de sentirnos buenas personas.  Mientras la justicia de nuestro Padre no de fruto de amor, perdón, aceptación y misericordia en nuestra vida, la realidad es que aun el pecado nos ata y venda nuestros ojos.  Volvamos a nuestro Padre.  Volvamos a su estilo de vida, aprendamos de Él que la vida en el Reino se muestra al dar al que necesita, perdonar al que nos ha lastimado, servir sin esperar reconocimiento,  amar al que tiene el corazón roto y no juzgar con facilidad al que vive cerca de nosotros.  Volvámonos a Dios y dejemos que su justicia nos haga libres de la iniquidad y de esta sociedad que destruye nuestra vida con una sonrisa en los labios.  Volvamonos al que nos dio la vida y que tiene para nosotros perdón, paz y amor.

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