DE TODO DAREMOS CUENTAS

9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

10 Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. (Eclesiastés 11:9-10)

¿Es posible hacer de nuestra vida un “papalote”? Sí.  ¿Podemos aun malgastar el tiempo en cosas frívolas? Sí ¿Podemos desperdiciar todos los talentos y recursos que el Creador nos Dios? Sí  Claro que todo eso es posible.  Pero junto con todo ello lo que no podemos olvidar es que de todo lo que hagamos en la vida, digamos, pensemos, sintamos y aun de lo que dejemos de hacer o experimentar, debemos de dar cuentas a Aquel que nos dio esa vida.

Es fácil creer que lo temporal es lo único que vale la pena y lo único también en lo que debemos de gastar la vida.  Es estimulante aceptar los valores de esta generación como ciertos y soltarnos a vivir nuestra sexualidad como nos lo proponen, a construir nuestra relación de matrimonio de acuerdo a lo que nos promueven y a ser padres según los estándares que nos muestra el cine o la Tv.  Podemos ir de fiesta en fiesta y pasárnosla súper, podemos brincar de relación en relación y sentirnos sexualmente exitosos y hasta podemos hacer negocios que nos den buenos dividendos a costos muy bajos, pero jamás debemos olvidar que de todo ello seremos juzgados.

El escritor de cantares nos propone un estilo de vida mejor: Vive de acuerdo a los valores del Creador porque en ello hay una vida en paz, armonía, seguridad y prosperidad.  No veremos nada en los canales de Tv que nos motiven a vivir así.  Al contrario nos dirán que eso es un desperdicio, pero la realidad es que solo viviendo junto a nuestro Padre, lejos de los excesos y el desorden de esta generación hedonista, podremos comprender el porque fuimos creador y el valor de la vida eterna que Él nos ha dado.  Recordemos:  No hay gozo lejos de Dios.