ORGULLOSOS

 

A los orgullosos les mando
que no se crean tan importantes;
a los malvados les ordeno
que no sean orgullosos,
⁵ que no presuman de su poder
ni se sientan superiores». (Salmo 75:4-5)

Vivir sujetos al orgullo nos hace creer mal sobre nosotros mismos.  Para algunas personas es motivo de sentirse más que los demás y para otras menos que la gente que las rodea.  De cualquier forma, el orgullo nos hace ser manipuladores, demandantes, egoístas y autosuficientes.

El orgullo  nos esclaviza a nosotros mismos.  A nuestros deseos, a la insistente conducta de hacernos creer que somos mejores personas que el resto de las personas y que merecemos su atención, su amor y admiración.  El orgullo también hace que algunos de nosotros aceptemos ser pisados o menospreciados por los demás para sentirnos buenos o para poder manipular a través dela culpa a quienes nos rodean.

El orgullo en nuestra vida nos destruye, destruye las relaciones que intentamos construir, como  nuestro matrimonio, paternidad y amistad. No  os permite vivir en libertan porque el control y la manipulación se vuelven en el deseo inconsciente más importante.  El orgullo es un cáncer emocional que nos aleja de Dios y de la gente que nos ama y aprecia.