FELICIDAD, FELICIDAD... SOLO EN DIOS

 

 

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
En cuyo corazón están tus caminos (salmo 84:5)

 

No hay felicidad desvinculada de la amistad con Dios.  No hay felicidad sin depender de Dios para cada circunstancia en nuestra vida.

La vida feliz se encuentra en vivir como Dios vive.  Intentamos muchos métodos a lo largo de la vida.  De niños buscamos la felicidad en los juegos, de adolescentes en los amigos y en l descubrimiento de sensaciones, de jóvenes en la novio, novio, sexo o fiestas, de adultos en los logros profesionales, la familia o el dinero y de viejos en la sensación de ser cuidados.  Todo ello nos produce cierto bienestar que por humano, es efímero y termina por cansar.  Solo aprender a vivir como Dios lo hace puede generar en nosotros verdadera felicidad, pues encontraremos mejores prioridades para vivir, intereses eternos y no solo temporales, podremos construir mejor nuestro matrimonio o paternidad, encontraremos paz y un mejor sentido de la vida.

Podemos buscar por muchos lados y hacer grandes esfuerzos a nivel emocional para sentirnos felices, sin embargo aunque por momentos nos lo pasaremos bien, sin duda alguna nos sentiremos carentes e insatisfechos.  Si en verdad queremos ser felices, a única y verdadera opción esta en vivir al lado de nuestro Padre.