DEJEMOS DE HACER LO MALO
Lavaos y
limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad
de hacer lo malo; (Isaías 1:16)
Estamos tan acostumbrados a vivir como
lo hacemos que no nos damos cuenta de cuanto pecado hay en nuestra vida. Mentimos con mucha facilidad, hablamos mal de
las personas a pesar de que sabemos que ello no es lo correcto, creamos chisme
aun sobre cosas que sabemos ni siquiera han pasado, tratamos mal a la gente que
está cerca de nosotros, nos airamos con mucha facilidad, guardamos rencor hacia
muchas personas, en especial hacia nuestros padres, fingimos ser buenos,
manipulamos la vida de quienes nos muestran aprecio o necesitan nuestra
aceptación, violentamos a nuestra familia, no disciplinamos a nuestros hijos y
no amamos ni buscamos a Dios y a pesar de todo ello, el domingo vamos al templo
para estar con la iglesia y cantamos, alzamos las manos y hablamos con palabras “domingueras”
para presentarnos piadosos.
Dios nos habla en Isaías para
recordarnos que no busca de nosotros canciones de domingo, sino una forma de
vida sometida a la verdad de su Reino.
Sin embargo nosotros nos hemos conformados con aparentar ser buenos
cuando en realidad hemos sido llamados a vivir en la gracia y en la justicia de
nuestro Padre.
Todos tenemos “cola que nos pisen” por
lo que debemos de dejar de creer que estamos bien y volvernos a Dios. Dejemos que su verdad nos muestra nuestra
realidad y pidamos perdón por cada pecado en el que nos hemos amoldado a vivir.
¡Dejemos de hacer lo malo!
Comentarios
Publicar un comentario