SU AMOR NO DEJA DE SORPRENDERME









Cuando Dios nos hizo volver
de Babilonia a Jerusalén,
creíamos estar soñando.
De los labios nos brotaban
risas y cánticos alegres.
Hasta decían las demás naciones:
«Realmente es maravilloso
lo que Dios ha hecho por ellos».
¡Lo que Dios hizo por nosotros
fue realmente maravilloso,
y nos llenó de alegría!
Dios,
devuélvenos el bienestar,
como le devuelves al desierto
sus arroyos.
Las lágrimas que derramamos
cuando sembramos la semilla
se volverán cantos de alegría
cuando cosechemos el trigo. (salmo 126)

No hay forma que la bendición de Dios no nos sorprenda.  Su amor jamás dejará de hacernos bien y sorprendernos.

Hay momentos en la vida en los que todo parece ir mal.  Nos sentimos atrapados, decepcionados, confundidos y sin animo para hacer lo que cada día debemos hacer.  A veces lloramos porque noS vemos enfermos y tememos lo peor o porque algún ser querido lo esta y los pronósticos no son buenos o lo hacemos también porque no encontramos empleo, porque los hijos no están construyendo su vida sabiamente y son irresponsables o distantes.  Lloramos también de desamor pues aunque pusimos todo de nuestra parte, las cosas en lo afectivo no llegaron a donde hubiéramos deseado.  Sin embargo aun en esos días oscuros, Dios no nos dejo ni se olvido de nosotros y ha sido su intervención la que de a poco y en el momento adecuado nos ha sacado de la oscuridad y nos ha vuelto a su luz.  El se ha encargado de secar  nuestras lagrimas y sanar nuestro dolor aun y cuando nosotros hemos sido responsables de ese sufrimiento al decidir mal o priorizar mal.   El y solo El nos ha sorprendido son su perfecta libertad y nos ha puesto de vuelta en el lugar que El, de siempre,  a destinado para nosotros.

Si hoy estas triste, desanimado, preocupado y las lagrimas mojan tus ojos, clama a Dios pues el tiene la respuesta correcta para tu necesidad.  Pues solo El es único quien puede rescatarte de cualquier esclavitud y sorprenderte con su sanidad y libertad.



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