AMEMOS CON CONTENTAMIENTO



Yo soy de mi amado,
Y conmigo tiene su contentamiento. (Eclesiastés 7:10)

En una sociedad que nos promueve desear y tener más cada día, experimentar contentamiento nos resulta como un comportamiento “conformista”  Pero en el Reino de nuestro Padre no es así y menos si se trata de la relación de matrimonio.  Quien se casa y desea vivir anhelando otras personas, otras experiencias, otras emociones y otras sensaciones, sin duda traerá mucho dolor a su vida y a la de la gente que lo rodea.  Difícilmente construirá familia y jamás experimentará el sentido de pertenencia.


Dios no se equivoca y es  en la vida conyugal  donde se puede construir familia y familia que funciones.  Es en la vida conyugal que se pueden experimentar sentimiento de pertenencia, de amor que satisfaga y de vínculos emocionales que traigan reposo al alma.  Es en la vida conyugal donde sin duda el amor y las emociones a el relacionadas adquieren sentido, pues no se basa en el encuentro de una noche, sino en la decisión de pasar por la vida juntos. 

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