EL ES NUESTRA HERENCIA


El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. (Eclesiastés 5:10)

Tener no es malo. El dolor y la amargura del alma llegan cuando el tener se convierte en nuestro todo.  Nos impulsa a presumir, a mentir sobre lo que en verdad tenemos, nos lleva a endeudarnos con tal de aparentar un posición económica que es falsa, nos genera incertidumbre cuando las monedas faltas y provoca que tratemos mal a aquellos que creemos valen menos o trabajan para nosotros.


Dios es nuestro proveedor y nuestra porción en esta tierra.  Es nuestra herencia en la eternidad y a su lado jamás nos quedaremos sin comida, vestido, techo y educación.  No esperemos tener paz cuando nuestra cuenta de banco este llena, disfrutemos de la paz de Dios pues en El, aunque el bolsillo tenga poco, podemos estar confiados.

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