TODO TIENE SU TIEMPO
Todo tiene su
tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
2 Tiempo
de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo
plantado;
3 tiempo
de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
4 tiempo
de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
5 tiempo
de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de
abstenerse de abrazar;
6 tiempo
de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
7 tiempo
de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
8 tiempo
de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
9 ¿Qué
provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
10 Yo
he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se
ocupen en él.
11 Todo
lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin
que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio
hasta el fin. (Eclesiastés 3:1-11)
¡No hay por
qué correr! Todo tiene su tiempo. No se
gana nada tratando de vivir aquello para lo cual aun no es tiempo y mucho menos
se consiguen buenos resultados si se busca manipular las circunstancias a
nuestro favor para conseguir que las cosas ocurran como deseamos. Debemos aprender a vivir en el tiempo de Dios; disfrutar cada momento y circunstancias que enfrentamos
cada día. Es solo caminando al “ritmo”
de nuestro Padre que podremos disfrutar la vida sin ser sometidos al estrés, insomnio
y al miedo que genera el saber que en verdad poco control se tiene de lo que ha
de venir cada día.
Disfrutemos
la vida en el tiempo de Dios y compartámosla en su totalidad con las personas
que amamos y nos aman de verdad.
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