INSATISFECHOS
El Seol y
el Abadón nunca se sacian;
Así
los ojos del hombre nunca están satisfechos. (Proverbios 27:20)
Hemos crecido en una sociedad que nos ha
enseñado a través de nuestra familia a nunca estar satisfechos. No importa lo que alcancemos o adquiramos,
siempre nos sentimos insatisfechos.
Aprendimos asociar esta sensación como un deseo por ser exitosos, pero
la realidad es que ello es una trampa que nos somete a la frustración y
depresión, pues no todo se puede tener y hay metas que no están en nuestra
manos alcanzar. Nos convertimos en
personas que nunca estamos satisfecho por ende en esclavos del “yo necesito” o “yo
quiero”
Tanta deseo por tener y ser éxitos, nos
hace olvidarnos de Dios y de su provisión.
Nos hace cambiar la verdad divina de que fuimos creados para la alabanza
de su gloria por el deseo de vivir solo para la nuestra. Olvidamos que somos creados y que vivimos
bajo el deseo del Creador. Hemos luchado
para construir una sociedad con leyes y valores que nos hacen creer que somos
nuestros propios dioses y por lo tanto “todo poderosos” para conseguir lo que
deseamos y sin embargo, seguimos insatisfechos y frustrados.
Dejemos de gastar nuestra vida en lo
temporal y aprendamos a vivir deseando solo lo que nuestro Pare desea, pues
solo ello traerá, paz y satisfacción a nuestra alma.
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