¿ENVIDIAS?
No tengas
envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos; Porque su corazón
piensa en robar, E iniquidad hablan sus labios. (proverbios 24:1-2)
Una vida que se
construye tratando de imitar o ser como otros, es una vida carente de sentido y
rumbo. Nuestros ojos se deslumbran por
lo que consideramos “buenos resultados” o éxito y nos embarcamos para ir en la
misma dirección para conseguir los mismos frutos, sin saber cuál será el verdadero resultado al final del camino, si este nos satisfacerá en realidad o cual es el origen de aquello que ha producido deseo en nuestro corazón.
Si somos hijos de Dios
y valoramos la verdad de su Reino, debemos aprender a construir la vida de Él y
no de aquellos que solo piensan en el “aquí y ahora” Lo que deslumbra a esta generación solo dura
lo que se prolongue una vida y nada de ello, a pesar de ser atesorado podrá
llevarse a la eternidad, pero si aprendemos del dador de la vida, habremos
tendido los puentes correctos que nos llevarán a disfrutar de la eternidad en
casa, en familia y a su lado.
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