¿Y PARA QUE MENTIMOS?



El que habla verdad declara justicia;
Mas el testigo mentiroso, engaño. Proverbios 12:17

La mentira es el intento de manipular  a través de sembrar ideas falsas en la mente de otros.  Aprendemos a mentir desde muy pequeños viendo a nuestros padres hacerlo para “salvar el pellejo” de situaciones complicadas  o simplemente por la necesidad de sentirse más capaz que otros o para obtener de cualquier manera lo que se desea.

La mentira muestra un corazón perverso, que no desea sujetarse a los límites establecidos.  Deja ver el alma enferma de quien vive con la urgencia de control o de autosatisfacción proveniente de la conducta de control y dominio.  Quien usa la mentira como herramienta  para sobrevivir en esta vida, se aleja de Dios, pues no se puede mentir y ser amigo de quien valora y vive en la verdad.  Mentir para conseguir “ser”, “hacer” o “tener” carece de la verdad de Dios en su vida y construye su familia, matrimonio y amistad con cimientos débiles.


Dejemos a un lado las “verdades a medias” y aprendemos de nuestro Padre a vivir en la verdad y en la luz.

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