NO MATEMOS CON LAS PALABRAS
El que anda
en chismes descubre el secreto;
Mas
el de espíritu fiel lo guarda todo. Proverbios 11:13
No hay bendición en la boca de quien habla
a espaldas de sus amigos o familia.
Quien no puede retener sus labios para hablar de quien no está presente
no ha entendido el significado de la fidelidad y la lealtad. Quien expone en público lo que en la
intimidad se le ha dicho, solo muestra su deseo de herir a quien ha confiado en
él.
Todos lo hemos hecho. Más de una vez hemos dicho con otros lo que
sabemos o nos ha confiado un hermano, amigo, padre o hijo. Es una conducta muy común, pero no por ello
sana. Es un comportamiento que esconde deslealtad,
perversidad, deseo de herir o destruir al otro.
Es probable que no nos demos cuenta de ello pero no por ello, dejamos de
herir a la persona de quien hablamos. ¡Nuestro Padre no es así! El trata de frente lo que ve mal en
nosotros. Nos confronta y nos
disciplina, pero no habla a nuestras espaldas.
Dejemos a una lado este comportamiento
que a todas luces no viene de Dios y si algo tenemos que decir de otra persona,
digámoselo de frente para que entonces en amor, traigamos bendición y gracia a
su vida.
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