HABLA PARA BENDECIR
El que
guarda su boca guarda su alma;
Mas
el que mucho abre sus labios tendrá calamidad. Proverbios 13:3
Muy pocas veces nos preguntamos qué
importancia tiene lo que hablamos o de que cosas estamos hablando y aún más, si ¿bendecimos
a quienes nos escuchan con lo que hablamos con ellos?
Lo que hablamos sin duda alguna es
generador de emociones y por lo tanto puede bendecir o maldecir la vida de
quienes nos escuchan. Si de nuestra boca
salen palabras de bien para nuestro conyugue o para nuestros hijos sin duda
estaremos trayendo aliento a sus vidas, pero si en lugar de ellos solo nos
escuchan decirles reproches, malas palabras para calificarlos o burlas sobre su
persona, sin lugar a dudas robaremos con ello su estima, la posibilidad de
construir una imagen correcta de si mismos y también les incapacitaran para
conocer mejor a Dios.
Hablemos bendición. Digamos de otros lo que Dios mismo dice de
ellos. Traigamos a la vida de nuestra
familia paz, bienestar y armonía a través de lo que nos escuchan decir de ellos
y de otras personas, pues al fin y al cabo, eso mismo hace Dios con nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario