OBEDECER HACE QUE LA VIDA SEA MEJOR

Hijo mío, no te olvides de mí ley,

Y tu corazón guarde mis mandamientos;

Porque largura de días y años de vida

Y paz te aumentarán. (Proverbios 3:1-2)

Una vida plena, no se construye siguiendo los “instintos del corazón” ni practicando las filosofías de moda, mucho menos intentando hacer lo que nos viene en gana o parece correcto.  Una vida plena inicia en la obediencia.

Sin la obediencia perdemos el paso, el tropiezo se convierte en una constante, el fracaso se disfraza de éxito y el dolor somete la voluntad.  Obedecer a Dios es el único camino para vivir en paz con El, con los cercanos y con uno mismo.  Obedecer a Dios nos permite caminar seguros, construir relaciones sanas, amar de manera correcta, administrar los recursos con valores eternos y disfrutar la vida de la mejor manera posible. Obedecer nos acerca al corazón y a la sabiduría de Dios y nada es mejor que eso.