NECESITAMOS SER SABIOS
Éstos son
los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
2-4 Estos
proverbios tienen como propósito
que ustedes los jóvenes
lleguen a ser sabios,
corrijan su conducta
y entiendan palabras
bien dichas y bien pensadas.
que ustedes los jóvenes
lleguen a ser sabios,
corrijan su conducta
y entiendan palabras
bien dichas y bien pensadas.
También
sirven para enseñar
a los que no tienen experiencia,
a fin de que sean cuidadosos,
honrados y justos en todo;
que muestren astucia y conocimiento,
y piensen bien lo que hacen.
a los que no tienen experiencia,
a fin de que sean cuidadosos,
honrados y justos en todo;
que muestren astucia y conocimiento,
y piensen bien lo que hacen.
5 Ustedes, los
sabios e inteligentes,
escuchen lo que voy a decirles.
Así se harán más sabios
y ganarán experiencia.
6 Así podrán entender
lo que es un proverbio
lo que es un ejemplo,
y lo que es una adivinanza.
escuchen lo que voy a decirles.
Así se harán más sabios
y ganarán experiencia.
6 Así podrán entender
lo que es un proverbio
lo que es un ejemplo,
y lo que es una adivinanza.
7 Todo el que
quiera ser sabio
debe empezar por obedecer a Dios.
Pero la gente ignorante
no quiere ser corregida
ni llegar a ser sabia.
debe empezar por obedecer a Dios.
Pero la gente ignorante
no quiere ser corregida
ni llegar a ser sabia.
Consejos
contra los falsos (Proverbios 1:1-7)
Pensamos que
somos buenos para vivir. Que con la edad
que hemos alcanzado “nos las sabemos de todas, todas” Creemos que difícilmente alguien puede
enseñarnos algo sobre los aspectos de mayor importancia de la vida y que sin
duda, la gente debe de escucharnos, ponernos atención, aceptar nuestra
aprobación o rechazo y seguir nuestro consejo.
Sin embargo y sin importar la edad que tengamos, aún seguimos cometiendo errores
y muchos de ellos caen en la categoría de “principiantes” Si somos honestos en verdad y dejamos de
fingir que somos maduros y espirituales, habremos de reconocer que necesitamos
aprender de la “sabiduría” de Dios para vivir como es correcto.
Dejamos con
mucha facilidad que esta sociedad que le ha dado la espalda a Dios nos influya
plantando ideas equivocadas sobre el dinero, el trabajo, el tiempo, el amor, la
familia, los hijos, la iglesia, la fe, etc.
Nuestros motivos e intenciones no siempre son las más correctas. Difícilmente hacemos algo que no asegure
pague renta a nuestro favor. Aun vivimos
nuestra fe para nuestro beneficio personal y no para Dios. La arrogancia y autosuficiencia nos someten
sin darnos cuenta que con ello nos lastimamos a nosotros mismos y a quienes nos
rodean.
No hace
falta la Palabra de Dios gobernando nuestra vida. Dándonos los marco de referencia para
enfrentar la vida y disfrutarla de la manera correcta Necesitamos de la verdad del Padre para vivir
en matrimonio, para ser los padres que nuestros hijos necesitan, para perdonar
a quienes nos han lastimado, para amar a quienes están cercanos, para administrar
nuestros recursos, para ser buenos empleados o patrones, para hacer buenos
negocios que glorifiquen a Dios y para vivir la fe de tal forma que quienes nos
vean se les antoje conocer a Dios. Necesitamos de la sabiduría de Dios para
vivir los años que Él nos dé en esta tierra de la mejor manera.
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