HAY DE RIQUEZAS A RIQUEZAS

Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría,

Y que obtiene la inteligencia;

Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,

Y sus frutos más que el oro fino.

Más preciosa es que las piedras preciosas;

Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.

Largura de días está en su mano derecha;

En su izquierda, riquezas y honra.

Sus caminos son caminos deleitosos,

Y todas sus veredas paz.

Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano,

Y bienaventurados son los que la retienen.

(Proverbios 3:13-18)

No hay mayor riqueza que tener, entender y vivir en la verdad de Dios.  Hoy día no es algo muy publicitado, pero no por ello ha perdido su valor.  La sociedad contemporánea ha puesto su interés en muchas otras cosas más; incluso ha busca desvalorizar ante los ojos de las nuevas generaciones la importancia de lo que Dios ha dicho para nuestro bien, pero aun así y a pesar que en gran medida han tenido éxito, la verdad de Dios sigue estando vigente y es útil para darle a la vida el sentido correcto.

Quien vive en esa verdad, lejos de ser anticuado o rígido, es una persona afortunada, abundantemente prospera, porque vive en la libertad y en la paz de Dios.  Puede caminar con seguridad por la vida y encontrar en cada momento o pequeño detalle bendición.

Nada es mejor que la Palabra de Dios, pues en ella hay  Vida y vida abundate.