EL AMOR MOLDE EL CARACTER
No
menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
Ni te
fatigues de su corrección;
Porque
Jehová al que ama castiga,
Como
el padre al hijo a quien quiere.
(Proverbios
3:11 y 12)
La disciplina es un asunto al que todos
le damos la espalda. Ser corregidos es
una acción que consideramos negativa y vergonzosa. Sentimos que quien aplica disciplina a
nuestra vida no nos ama y nos desprecia, pues asociamos la complacencia a la
aceptación. Todo ello y más es una
trampa del maligno para evitar que maduremos y para que aprendamos a recibir de
buen ánimo, todas las facetas del amor.
Dios al que ama “castiga” Es decir, no hay amor sin disciplina y
corrección. Quien pretende amar sin
apoyar en la mejora del carácter, en verdad no ama, solo usa. Quien evita ser corregido es porque no a aprendido
sobre el amor y su virtud de hacernos mejores personas a través de moldear
mejores comportamiento.
Dios nos ama y sin duda ese amor será
una fuente inagotable de disciplina, la cual nos permitirá, si somos prudentes
vivir de manera correcta y en paz.
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