APRENDIENDO A VIVIR DE DIOS






Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas. (proverbios 3:5-6)

Todos creemos que la forma en que vivimos es la correcta.  Estamos convencidos de que el resto de las personas deberían ser, vivir y creer como lo hacemos nosotros y aun, cuando percibimos a personas con formas de vida diferentes las censuramos y señalamos.  Esto no es otra cosa que vivir “apoyados” en nuestra propia prudencia.

Nos llenamos de soberbia,  autosuficiencia y narcisismo con mucha facilidad y todo ello nos promueve la fantasía de que vivimos en la verdad, aun en la verdad de la Palabra, sin embargo el fruto de nuestra vida deja ver con claridad (para el que quiere ver) que vivimos en nuestra propia verdad, la cual acomodamos para sentirnos bien y conseguir rentas emocionales que nos sostengan en el acto de medio vivir.


Solo quienes se fían de Dios y se resisten a vivir según su propia opinión, encuentran la bendición de ser corregidos por quien si sabe para qué es la vida y cómo se ha de vivir ésta.  Seamos sensibles a la voz de nuestro Padre quien nos llama en amor y con los brazos abiertos, pues sin duda solo en Él encontraremos una mejor forma de vida.

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