¿EN VERDAD DIOS ES TU DIOS?




¡Alabemos a Dios!
¡Alábenlo ustedes,
los que lo obedecen!
¡Alábenlo ustedes,
que siempre están en los patios
del templo de nuestro Dios!
¡Alabemos a Dios
porque él es bueno!
¡Cantémosle himnos,
porque él es bondadoso!
¡Nuestro Dios eligió a Israel
para que siempre fuera su pueblo!
Yo sé que nuestro Dios,
es más poderoso que todos los dioses.
Dios hace lo que quiere
en el cielo y en la tierra,
en el mar y en sus profundidades.
Dios nos trae las nubes
desde lo más lejano de la tierra.
Dios nos manda los relámpagos
que anuncian la lluvia.
Dios saca el viento
del lugar donde lo tiene guardado.
En Egipto hirió de muerte
al hijo mayor de cada familia;
también les quitó la vida
a las primeras crías de los animales.
Hizo señales y milagros
contra el faraón y sus oficiales,
hirió de muerte a muchos pueblos,
y acabó con reyes poderosos:
acabó con Sihón, el rey amorreo;
acabó con Og, el rey de Basán;
¡acabó con todos los reyes cananeos!
A su pueblo Israel le entregó
las tierras de esos reyes
para que fueran suyas para siempre.
Dios mío,
¡tú vives para siempre!
Tú defiendes a tu pueblo
y le tienes compasión.
Los dioses de otros pueblos
son hechura humana;
¡son ídolos de oro y plata
De nada les sirve tener boca,
porque no pueden hablar;
tienen ojos, pero no pueden ver;
tienen orejas, pero no pueden oír;
¡ni siquiera pueden respirar!
¡Pues iguales a esos ídolos
son quienes los hacen
y quienes creen en ellos!
Israelitas, ¡bendigan a Dios!
Sacerdotes, ¡bendigan al Dios de Israel!
Levitas, ¡bendigan a Dios!
Ustedes, los que lo obedecen,
¡bendigan al Dios de Israel!
¡Alabemos a nuestro Dios,
el Dios que vive en Jerusalén!
¡Alabémoslo!
(Salmo 135)

Ninguno de nosotros diríamos que somos idolatras.  Seguramente argumentaríamos a nuestro favor y aseguraríamos que solo le damos adoración a nuestro Dios.  Sin embargo, al ver más de cerca no solo nuestra conducta sino aquello que mueve nuestras conductas seguramente encontraremos emociones e ideas que dejan mucho que desear.  Seguramente encontraremos que los Baales en nuestra vida han cobrado nuevas formas para proveer de nuevas emociones y favores al hombre moderno.  Sí que somos idolatras, porque en la vida diaria Dios no es nuestra prioridad, porque aun cuando le buscamos y “adoramos” lo hacemos para nuestro beneficio, lo que deja notar que  nos hemos convertido en nuestros propios dioses.  Hemos hecho de nuestros hijos nuestros dioses por ello nos tratan con tan poco respeto.  También hemos hecho de nuestra pareja un dios convirtiéndonos en esclavos de sus deseos con tal de conseguir como dice la canción “aunque sea una gotita de su amor”  Aun nuestro Smartphone se ha convertido en el valor principal que le da sentido a nuestra existencia y en su ausencia todo pierde sentido y experimentamos frustración y dolor.  Nuestros padres, el trabajo, el deporte, el descanso, el desinterés por las cosas, nuestra “propia verdad”, la ciencia, etc.  Todo ello en etapas de nuestra vida se ha convertido en “nuestro único” y con ello hemos puesto a quien en verdad es Dios a un lado.  Le hemos dado la espalda y hemos ido tras otros amores, que sin ser malos, se convierten en ello, pues el único que merece la adoración, nuestro interés y nuestra prioridad es El.


Analicemos nuestra conducta y lo que detrás de ella esta  y si podemos ver idolatría, pidamos perdón y volvámonos a Dios, pues solo el merece la Gloria en todo tiempo.


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