DEJA QUE EL TE DE LIBERTAD





Líbrame, oh Jehová, del hombre malo;
Guárdame de hombres violentos,
Los cuales maquinan males en el corazón,
Cada día urden contiendas.
Aguzaron su lengua como la serpiente;
Veneno de áspid hay debajo de sus labios. Selah
Guárdame, oh Jehová, de manos del impío;
Líbrame de hombres injuriosos,
Que han pensado trastornar mis pasos.
Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios;
Han tendido red junto a la senda;
Me han puesto lazos. Selah
He dicho a Jehová: Dios mío eres tú;
Escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos.
Jehová Señor, potente salvador mío,
Tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla.
No concedas, oh Jehová, al impío sus deseos;
No saques adelante su pensamiento, para que no se ensoberbezca. Selah
En cuanto a los que por todas partes me rodean,
La maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza.
Caerán sobre ellos brasas;
Serán echados en el fuego,
En abismos profundos de donde no salgan.
El hombre deslenguado no será firme en la tierra;
El mal cazará al hombre injusto para derribarle.
Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido,
Y el derecho de los necesitados.
Ciertamente los justos alabarán tu nombre;
Los rectos morarán en tu presencia.
(Salmo 140)

¡Solo Dios puede librarnos de aquellos que que no han aprendido  hacer bien!  Hay quienes con conciencia o sin ella pero su cercanía lastima, corrompe y limita.  Es tanto el dolor con el que viven que no pueden aportar a la vida de quienes les rodean cosas buenas.  Critican, señalan, hablan a  la espalda del amigo, usan, manipulan y agreden porque no pueden vivir de otra forma.  Estar en sus manos es vivir en prisión, bajo la zozobra de ser censurados y frente a la artillería de sus palabras hirientes o mentiras.  Siempre apuntan al error del de junto pero no evitan bajo ninguna causa la posibilidad de recibir de ese mismo algún bien.  Solo Dios puede librarnos de ser así o estar bajo el control de alguien así.


Dejemos que Dios nos libre.  Permitámosle que el luche a nuestro favor y juzgue nuestra causa.  Démosle a Dios la oportunidad de defendernos de quienes jamás aprendieron amar y servir.  Sólo Él es capaz de darnos libertad y paz.



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