APESAR DE QUE NOS CONOCE, NOS AMA





Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender.
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti,
Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
!!Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
!!Cuán grande es la suma de ellos!
Si los enumero, se multiplican más que la arena;
Despierto, y aún estoy contigo.
De cierto, oh Dios, harás morir al impío;
Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
Porque blasfemias dicen ellos contra ti;
Tus enemigos toman en vano tu nombre.
¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen,
Y me enardezco contra tus enemigos?
Los aborrezco por completo;
Los tengo por enemigos
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
(Salmo 129)

Nada es más sorprendente que el amor de Dios.  El conoce todo de nosotros.  No solo lo que hacemos, decimos, pensamos o sentimos, sino aun más El conoce las razones que nos mueven a todo ello y aun así nos ama.  A pesar de nuestra incapacidad de ser honestos y  trasparente con El y entre nosotros, persiste en priorizarnos, ayudarnos en nuestra necesidad y librarnos del dolor que seguramente podría destruirnos.  No hay nada de ti y de mi que le sea oculto y sin embargo tiene una percepción correcta de quienes somos y de lo que en El podríamos llegar a ser.  Cuando pienso en ello, como el salmista, no me queda mejor respuesta que adorarlo.


Valoremos el amor y la obra de Dios en nosotros.  Seamos agradecidos, pues a pesar de que El sabe en verdad quienes somos y porque hacemos lo que hacemos, nos ama y valora por encima de todo en la creación.  Su amor en verdad nos hace bien y construye en nosotros la posibilidad de cambiar para bien y ser con ello lo que El ha dicho de nosotros.


Comentarios

Entradas populares