...YA PUEDO DORMIR TRANQUILO
porque él
escucha mis ruegos.
Toda mi
vida oraré a él
porque me
escucha.
La muerte
me tenía atrapado;
me dominaba
el miedo de morir.
¡Sentí una
angustia terrible!
Entonces le
rogué a Dios
que me
salvara la vida.
Mi Dios es
justo y compasivo;
es un Dios
tierno y cariñoso
que protege
a los indefensos.
Yo no tenía
quien me defendiera,
y él vino
en mi ayuda.
Dios mío,
tú has sido
bueno conmigo;
ya puedo
dormir tranquilo.
Me libraste
de la muerte,
me secaste
las lágrimas,
y no me
dejaste caer.
Mientras
tenga yo vida,
siempre te
obedeceré.
Confío en
ti, mi Dios,
aunque
reconozco
que estoy
muy afligido.
Demasiado
pronto he dicho
que no hay
nadie en quien confiar.
¿Cómo
podré, mi Dios,
pagarte
todas tus bondades?
Mostrándome
agradecido
y orando en
tu nombre,
y
cumpliéndote mis promesas
en
presencia de tu pueblo.
Dios
nuestro,
a ti te
duele ver morir
a la gente
que te ama.
¡Líbrame de
la muerte,
pues estoy
a tu servicio!
Llevaré
hasta tu altar
una ofrenda
de gratitud,
y oraré en
tu nombre.
En los
patios de tu templo,
en el
centro de Jerusalén,
y en
presencia de todo tu pueblo,
te cumpliré
mis promesas.
¡Alabemos
a nuestro Dios! (Salmo 116)
Deudas, enfermedad, preocupaciones relacionadas con los
hijos, conflictos laborales, dificultades escolares, enemistades y desamor son
sin duda motivos para perder el sueño.
Muchos hemos pasado noches en vela tratando de encontrar la respuesta
para nuestros problemas y dolores y al amanecer seguimos con la misma duda solo
que desvelados. Ante las crisis de la
vida solo Dios es el único quien nos puede hacer dormir tranquilos.
Sin importar cual sea tu dolor, debes recordar que la
respuesta correcta esta en Dios. Es en
su presencia que podemos encontrar consuelo, esperanza, sanidad y rumbo cierto
en la vida. Sin importar que este
pasando en tu vida hoy, no debes olvidar que sí buscas la protección de Dios
sin duda alguna estarás seguro y bien guardado de todo aquello que te agobia. No tu capacidad, ni tampoco tus amistades o
padres; solo Dios puede rescatarte y hacerte dormir tranquilo como nunca antes.
Busquemos a nuestro Padre y Dios y dejemos que su perfecto
amor sane nuestro cuerpo y nuestra alma y hoy en la noche disfrutemos de un
buen sueño como nunca antes.
Comentarios
Publicar un comentario