SIEMPRE ESTA A MI LADO





Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno.
Que digan los israelitas: «El amor del Señor es eterno.»
Que digan los sacerdotes: «El amor del Señor es eterno.»
Que digan los que honran al Señor:«El amor del Señor es eterno.»
En mi angustia llamé al Señor; él me escuchó y me dio libertad.
El Señor está conmigo; no tengo miedo.
¿Qué me puede hacer el hombre? El Señor está conmigo; él me ayuda.
¡He de ver derrotados a los que me odian! Es mejor confiar en el Señor que confiar en el hombre.
Es mejor confiar en el Señor que confiar en grandes hombres.
Todas las naciones me rodearon, pero en el nombre del Señor las derroté.
Me rodearon por todos lados, pero en el nombre del Señor las derroté.
Me rodearon como avispas, pero su furia se apagó como fuego de espinos; ¡en el nombre del Señor las derroté!
Me empujaron con violencia, para que cayera, pero el Señor vino en mi ayuda.
Yo canto al Señor, que me da fuerzas. ¡Él es mi Salvador!
En las casas de los hombres fieles hay alegres cantos victoriosos:
«¡El poder del Señor alcanzó la victoria! ¡El poder del Señor es extraordinario!
¡El poder del Señor alcanzó la victoria!» ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho!
El Señor me ha castigado con dureza, pero no me ha dejado morir.
¡Abran las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias al Señor!
Ésta es la puerta del Señor, y por ella entrarán los que le son fieles.
Te doy gracias, Señor, porque me has respondido y porque eres mi salvador.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados.
Éste es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices!
Por favor, Señor, ¡sálvanos! Por favor, Señor, ¡haz que nos vaya bien!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Bendecimos a ustedes desde el templo del Señor.
El Señor es Dios; ¡él nos alumbra! Comiencen la fiesta y lleven ramas hasta los cuernos del altar.
Te doy gracias y alabo tu grandeza, porque tú eres mi Dios.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. (Salmo 118)


¡Dios siempre esta con nosotros!  En medio de las luchas de cada día y de los sin sabores de la vida, Él jamás se aparta de nuestro lado.  Su amor es eterno y es exactamente lo que nuestra alma necesita.

Es posible que las cosas no siempre tengan buen rumbo y es también posible que perdamos el sentido de vivir alguna vez a lo largo de nuestra vida, sin embargo, Dios jamás se ira de nuestro lado.  El luchara a nuestro favor, nos defenderá, nos dará la salida en el tiempo difícil y compartirá su perfecta victoria con nosotros.

La familia podrá excluirnos por no ser como ellos, los amigos podrán dejar de serlo, los compañeros de escuela y trabajo quizá no nos tomen en cuenta, pero no Dios.  El nunca nos abandonará no importa las circunstancias ni el momento de la vida.  Su amor para con nosotros es eterno.


Cuando te sientas solo o triste, recuerda que nuestro Dios esta a tu lado y sin importar como seas o lo que este pasando por tu vida, el nunca te dejará solo.

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