NO A NOSOTROS...



No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad.
¿Por qué han de decir las gentes:
¿Dónde está ahora su Dios?
Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.
Los ídolos de ellos son plata y oro,
Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.
Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.
Oh Israel, confía en Jehová; El es tu ayuda y tu escudo.
Casa de Aarón, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo. Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo.
Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá; Bendecirá a la casa de Israel; Bendecirá a la casa de Aarón. Bendecirá a los que temen a Jehová, A pequeños y a grandes.
Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos.
Benditos vosotros de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.
No alabarán los muertos a JAH, Ni cuantos descienden al silencio; Pero nosotros bendeciremos a JAH
Desde ahora y para siempre. Aleluya. (Salmo 115)

Si lo pensamos bien nos daremos cuenta de que en tato es domingo, estamos dispuestos a confiar en Dios y darle gloria, pero tan pronto termina la reunión en la iglesia, nos volvemos a entronar en la vida y volvemos a ser dioses de nosotros mismos.  Nos convertimos en nuestra verdad absoluta, en nuestros parámetros de referencia para decidir y buscar por sobre todo el reconocimiento de quienes nos rodean.

Es tanto el humanismo con el que hemos crecido y que se nos publicita “a destajo” por lo medios electrónicos de comunicación que no resulta casi imposible pensar que debemos en verdad aprender a ser dependientes de Dios y no de nosotros mismos.  Estamos tan acostumbrados a creer que lo que sentimos y pensamos es la verdad superior de nuestra existencia que olvidamos la verdad de la Palabra revelada.  Nos resulta tan cómodo entronarnos que no hay espacio para Dios en nuestra vida mas allá del rito de cada domingo.


Si para nosotros es la gloria, poco queda para la eternidad.  La gloria y majestad no se canta únicamente; sino que  se vive a través de la sumisión a su Palabra y ello es algo que debemos aprender cada día.  Si la gloria en nuestro diario vivir no es de Dios, entonces nos convertimos en idolatras que solo se someten a su propia voluntad y que caminan sin sentido por la vida.  Si la gloria en nuestra vida es para Dios, seguramente andaremos seguros por esta vida y la eternidad.

Comentarios

Entradas populares