¿TU CORAZÓN LATE?




No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba,
Como en el día de Masah en el desierto (Sal. 95:8)

El corazón se endurece por el dolor guardado.  Un corazón endurecido no es capaz de recibir amor y mucho menos de darlo.  Un corazón endurecido usa, controla, subordina pero no ama.  Un corazón endurecido siempre va a censurar, hablar a las espaldas del otro, avergonzar y fomentará la poca estima.  Un corazón endurecido no puede relacionarse bien con los iguales, con quienes están en autoridad sobre el y mucho menos con Dios.

Dejemos que Dios nos sane del dolor.  Vengamos delante de El y humillémonos hasta que su amor restaure nuestra vida a fin de que los recuerdos del pasado tengan un significado correcto a fin de hacer frente al dolor con la gracia de nuestro Padre.


No endurezcamos nuestro corazón.  Vivamos libres del dolor y disfrutemos del amor de nuestro Padre.

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