¿SABES QUIEN ERES?
Dios, tú conoces mi insensatez,
Y mis pecados no te son ocultos (Salmo 69:5)
Y mis pecados no te son ocultos (Salmo 69:5)
Con cuanta facilidad creemos tener la razón. Nos auto engañamos creyendo que somos muy
buenas personas y que hacemos todo con los motivos correctos. Creemos que somos justos en el trato con los demás
y que la razón siempre está de nuestro lado.
Sin embargo, Dios conoce nuestra
insensatez y se da cuenta de las razones
por las que hacemos las cosas.
Un poquito de “éxito” nos marea y saca a la luz la realidad de
nuestra vida interior. Podemos manipular
y engañar a los de nuestro alrededor pero no a Dios. Él nos conoce muy bien y no se deslumbra con
lo poquito que hacemos ni con los disfraces emocionales que nos ponemos para
sobrevivir y mejorar según nosotros la estima propia. Sin duda Dios nos conoce muy bien, la tragedia
radica en que nosotros no. Mentimos tan
bien sobre nosotros y nuestros logros que terminamos viendo de nosotros una
realidad que no es cierta. Estamos tan enamorados
de nosotros mismos que omitimos ver los riesgos en los que nos metemos y la
incapacidad con que construimos nuestra vida.
Si no dejamos que Dios nos muestre quienes somos en verdad y porque
hacemos lo que hacemos, por muy bueno que esto nos parezca, difícilmente
podremos vivir en paz y disfrutar de las bendiciones que vienen de su
mano. Estaremos tan ocupados en
sentirnos especiales y competentes que tropezaremos una y otra vez a causa de nuestra
insensatez y nuestro pecado.
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