SIN MIEDO A MORIR
15 (16) Pero Dios me salvará del poder de la muerte,
pues me llevará con él (Salmo 49:16)
pues me llevará con él (Salmo 49:16)
La
salvación de Dios no tiene igual. Ni tan
siquiera la muerte puede dañarnos más allá de nuestro cuerpo físico.
La obra de Dios a través de Jesús en
la cruz nos arrebató, para nuestro bien, de la influencia que tiene la muerte
sobre los hombres. Quienes hemos
recibido salvación a través de Jesús jamás podremos ser heridos a través de la
muerte eterna. Quienes caminamos junto a
Jesús y su gracia se ha derramado en nuestra vida, tenemos la certeza de que al
morir nuestro cuerpo inmediatamente estaremos delante de su presencia. Ya no caminamos por la vida con temor, ya no
vivimos en incertidumbre, la depresión, el miedo y la angustia ya no
gobiernan nuestra vida, por la sangre de
Jesús derramada por nosotros en la cruz nos libró del poder que un día la
muerte influía sobre nosotros.
Hoy podemos caminar libremente,
porque Dios nos ha regalado de si salvación.
Podemos enfrentar el miedo a la enfermedad con el Poder de Jesús y ser
librados de esa angustia. Porque si vivimos
o morimos lo hacemos para el Señor. No
importa cuál sea nuestra condición de vida o muerte, del Señor Jesús somos y
dado ello, podemos vivir libres y para Él.
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