NO HUYAS, MEJOR SANA...
Mi
corazón está dolorido dentro de mí,
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
5 Temor
y temblor vinieron sobre mí,
Y terror me ha cubierto.
Y terror me ha cubierto.
6 Y
dije: !!Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Volaría yo, y descansaría.
7 Ciertamente
huiría lejos;
Moraría en el desierto. Selah
Moraría en el desierto. Selah
8 Me apresuraría a escapar
Del viento borrascoso, de la tempestad. (Salmo 55:4-8)
Del viento borrascoso, de la tempestad. (Salmo 55:4-8)
¿Quién no ha querido salir corriendo
en los momentos en que las circunstancias que nos rodean son sumamente
dolorosas? Siempre hay momentos en la
vida cuando el cuerpo no funciona bien, cuando el asuntos con los hijos va mal,
cuando nos hemos quedado sin empleo y el dinero ya no llega o cuando la persona
que amamos nos da la espalda, que lo único que deseamos es desaparecer y no
sentir más el dolor que nos agobia.
Ante ello la huida siempre se
convierte en nuestro único deseo., sin embargo no es ni por mucho la respuesta
correcta, pues tan solo es una trampa del maligno, pues tan solo negaremos el
dolor, sublimaremos la emoción o nos convertiremos en personas rígidas,
intolerantes y abusivas con otros. El único
que tiene la respuesta para sanar nuestra alma es Dios. Él tiene la respuesta correcta para que aun
en medio del dolor, podamos vivir seguros, podamos vivir sin ser lastimas y
podamos aprender para no volver a repetir la historia sin que nuestro corazón
se endurezca.
Si tienes un corazón roto por lo complicado
que te ha sido últimamente vivir, ve a Dios, el te cuidará, te sanará y te
enseñara a vivir y disfrutar esa vida.
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