EN EL PUEBLO DE DIOS
Tu pueblo verá
el castigo que vas a darles,
y se pondrá muy contento
de poder empaparse los pies
en la sangre de esos malvados.
11 Y dirán hombres y mujeres:
«¡Vale la pena que seamos
el pueblo de Dios!
¡Hay en este mundo
un Dios que hace justicia!» (Salmo 58:10-11)
el castigo que vas a darles,
y se pondrá muy contento
de poder empaparse los pies
en la sangre de esos malvados.
11 Y dirán hombres y mujeres:
«¡Vale la pena que seamos
el pueblo de Dios!
¡Hay en este mundo
un Dios que hace justicia!» (Salmo 58:10-11)
¿Qué hay fuera de Dios que valga?
¿Qué puede ser mejor que pertenecer al pueblo de Dios? Vivimos en una sociedad que nos promueve
conductas que nos llevan a dolor, que
nos enseña a construir de manera equivocada formas de construir la vida. Nos
enseña razones erróneas para amar o ser amados y nos conduce siempre a sueños
falsos que lo único que traen consigo es frustración. Es solo en Dios y en su pueblo que tenemos la
oportunidad de reaprender a vivir. En solo en su pueblo que podemos aprender a
vivir en su justicia y gracia y sin duda ello si marca una gran diferencia. Es en su pueblo, no en una religión, que
podemos ver a Dios vivir y entonces
nosotros tener la oportunidad de caminar junto a él y seguir sus pasos.
En medio de una sociedad injusta en todos los sentidos, podemos en
Jesús ser incluidos en el pueblo de Dios y ver entonces un estilo de vida,
donde la justicia es un valor prioritario y por ello, encontrar la mejor de las
vidas aquí y en la eternidad.
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