¿CUANTO DE LO QUE DECIMOS ES VERDAD?
Prefieres lo malo a lo bueno,
prefieres la mentira a la verdad (Salmo 52:3)
prefieres la mentira a la verdad (Salmo 52:3)
Siempre es mucho más fácil construir una vida en la mentira que en
la verdad. Sin duda tiene un mayor
desgaste emocional, pero sus demandas siempre serán menores. Sin embargo la pregunta que debemos de
hacernos es ¿Por qué preferimos vivir en la mentira?
Vivir en la mentira aparentemente nos consigue alegrías y nos evita según
nosotros lágrimas. Nos evita mostrarnos cual somos aunque a la larga terminemos
siendo lo que nosotros detestamos. Nos evita tener responsabilidad de otros y aún
más de los que hacemos o decidimos, aunque siempre terminemos enredados en nuestros mismos cuentos que carecen de sentido. Nos crea la fantasía de que las personas que
nos rodean nos admiran y respetan, aunque en realidad lo único que conseguimos
de quienes nos rodean o aman es lastima o rechazo.
Intentar hacer una vida donde mucho de lo que decimos, creemos,
hacemos o sentimos no es cierto solo nos lleva al paso del tiempo a alejar a la
gente que un día nos amó, estimó o respetó. Muchas veces este compartimento que nos
muestra el salmista es más sutil de lo que imaginamos y es más fácil verlo en
otros que en nosotros mismo, y requerimos de la gracia de Dios para ser salvo
de ello. Vivir, falsificando nuestros
verdaderos motivos no es una conducta de los hijos de Dios.
Decidamos construir nuestra vida con y en la verdad. Dejemos de justificar nuestro proceder y esconder aquellos que en
verdad nos impulsa a parecer buenos sin serlo en verdad. Dejemos ver quiénes somos y permitamos a Dios
cambiarnos para poder vivir como Él lo hace: EN VERDAD.
Comentarios
Publicar un comentario