EL ORIGEN DE UNA VIDA CON DOLOR


Resultado de imagen para DOLOR
 
Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.

Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre mí.

Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.

Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.

Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.

Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto. (Salmo 38:3-9)

 

El pecado resulta gratificante de primera mano.  Nos seduce y nos llena de placer en segundos, pero sus consecuencias solo son dolor, amargura y enfermedad.

 

No hay posibilidad de conseguir felicidad a través de los atajos que esta sociedad nos ofrece.  El anti reino nos seduce a través de la vorágine emocional que nos ofrece sin importar si estas tienen un origen sano.  Corremos con facilidad tras nuestros deseos sin darnos cuenta que sembramos destrucción para nosotros mismos.  No solo lo hacemos en nuestra juventud, sino aun en nuestra adultez y vejez nos desviamos con facilidad tras el engaño.

 

Buscamos la forma de encontrar satisfacción, emocional, física, sexual y aun espiritual en la fuente equivocada y nos hemos vuelto experto en ocultar nuestra conducta o motivos verdaderos, sin embargo Dios nos ve.  Ante Él nada de lo que hacemos, sentimos o pensamos es oculto.

 

No hay felicidad en error.  Por más que este nos haga alegres por un momento, sus consecuencias nunca traerán paz a nuestra vida.  Dejemos de ir tras el pecado creyendo que será bueno y dará solución a nuestra necesidad, porque el único que tiene el poder para darnos una vida plena es Dios, fuera de él todo será mezquino, temporal y muy doloroso.
 
 

Comentarios

Entradas populares