¿DALE A TU CUERPO ALEGRÍA MACARENA..?


 

Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón. (Salmo 37:4)

¿Qué es lo que hoy buscamos para experimentar placer y con ello creer que nuestros anhelos más profundos se cumplen?  Somos una sociedad hedonista y por ello difícilmente nos negamos a un segundo de placer y bienestar sin importar que pueda venir con ello a nuestra vida, pero peor aún es el hecho de pensar que, a través de ello en verdad conseguimos lo que nuestra alma necesita.

El deseo de nuestro corazón en verdad se cumple cuando aprendemos a disfrutar el amor y la amistad con Dios.  El trabajo, la belleza, el dinero, los viajes, el amor de pareja, los hijos, la salud, el logro académico o deportivo, el adquirir bienes de consumo, etc. Son pasajeros.  Producen alegrías momentáneas y muchas veces lo único que conseguimos con ello es dolor a pretender ser felices a través de algunas de estas cosas o personas.  Solo disfrutando la compañía de Dios, sus planeas, la vida a su lado, el descanso juntos, el paseo en su compañía y su palabra podremos ser personas verdaderamente satisfechas.

Si estás tratando de conseguir deleite y bienestar fuera de Dios, difícilmente lo conseguirás.  Quizá reirás un poco, pero a la vuelta de la esquina volverá a la realidad de todos dos lías: a la búsqueda constante de alegrías si fruto.  Solo Dios te puede hacer feliz y feliz por siempre.
 

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