¿QUE ANUNCIA TU VIDA?

Te confesaré en grande congregación;
Te alabaré entre numeroso pueblo. Salmo 35:18

El salmista había aprendido a valorar la importancia de dejar ver a Dios a través de su forma de vida. Entendía que era su forma de vivir el mejor testimonio no solo para quienes no conocen a Dios sino también para aquellos que su mal buscaban.

Dios nos llama a ser luz y ser sal en medio de una generación violenta, mentirosa, falsa, incongruente, de doble moral, religiosa, etc.  No fuimos llamados a ser parte de ella o a vivir como ella, sino a dejar ver una forma de vida diferente, sana y funcional. Ante la violencia vivimos en paz, ante la mentira decimos verdad, ante la falsedad caminamos con transparencia,  ante la incongruencia damos una sola cara, ante la doble moral nos comprometemos con la verdad de la palabra, ante la religiosidad nos hacemos amigos de Dios.

No fuimos llamados a dar largos discursos sobre Dios, sino a vivir a su lado como Él lo hace y con ello mostrar al hombre y mujer contemporáneos que hay una mejor forma de vida que se puede disfrutar hoy y se prolonga con gozo hacia la eternidad.  Si al pasar de los años seguimos siendo los mismos enojones, mentirosos, violentos y manipuladores de siempre, por mucho que hablemos poco seremos escuchados porque nuestros hechos siempre duran lo contrario.