TENEMOS DUEÑO

Nadie es dueño de su vida.
Por eso los que habitan este mundo,
y los que están a punto de morir
se inclinarán ante ti,
y harán fiestas en tu honor (salmo 22:29)

A veces olvidamos una gran verdad: Tenemos Dueño.  Nos comportamos como personas que nunca rendiremos cuentas de nuestros hechos.  Creemos que por ser adultos podemos hacer lo que nos venga en gana sin afrentar nunca las consecuencias de lo que decidimos, hacemos, pensamos o sentimos.

Tenemos Dueño y a partir de esa realidad, debemos entender que no solo nada nos pertenece, sino que no nos pertenecemos, que la oportunidad de tener control sobre nuestra vida, es pura gracia (un regalo de Dios).  Tan pronto tenemos la mayoría de edad o nos hacemos económicamente independientes, creemos que no debemos de estar bajo la autoridad de nuestros padres, que nadie nos puede pedir cuentas de nuestra vida y que el mundo está a nuestros pies para hacer lo que más deseamos.  Eso es rebelión y las consecuencias de ello es mucho sufrimiento.  Nos volvemos personas que no nos importa usar a los demás para alcanzar nuestra metas personales, engañamos, traicionamos, sacamos ventaja de las circunstancias sin ver quien sale lastimado y creemos que, nunca nadie lo sabrá y que jamás nos pedirán explicaciones de ello.  No es verdad, tenemos Dueño.

Lo mejor que podemos hacer es entender esto y aprender a vivir como quienes tenemos la responsabilidad de la vida que pretendemos disfrutar.  Lo mejor que podemos hacer es vivir esta vida baja las reglas de quien nos regaló la oportunidad de caminar sobre esta tierra.  Lo mejor que podemos hacer es construir nuestra independencia y madurez a partir de depender de quien si conoce la ruta correcta porque es el creador y dador de todo.

Tenemos Dueño.  No somos independientes.  Nuestra vida es un regalo y tarde o temprano hablaremos cara a cara con quien nos dio este maravillo regalo y debemos  de tener el password correcto para pasar a la fiesta de bienvenida: JESUS.  Solo su gracia hará que entendamos esta vida y valoremos adorarle como quien es, el creador y sustentador de Todo lo que conocemos y aun de lo que ignoramos.