SU AMOR NOS PONE EN SUS BRAZOS


 
Dios es dueño de toda la tierra
y de todo lo que hay en ella;
también es dueño del mundo
y de todos sus habitantes.
Dios afirmó la tierra
sobre el agua de los mares;
Dios afirmó este mundo
sobre el agua de los ríos.

Sólo puede subir al monte de Dios
y entrar en su santo templo
el que siempre hace lo bueno
y jamás piensa hacer lo malo;
el que no adora a dioses falsos
ni hace juramentos en su nombre.
Al que es así,
Dios lo llena de bendiciones;
¡Dios, su Salvador, le da la victoria!

Dios de Israel,
así son todos los que te buscan;
así son los que a ti acuden.

«¡Abran los portones de Jerusalén!
¡Dejen abiertas sus antiguas entradas!
¡Está pasando el Rey poderoso!»

«¿Y quién es este Rey poderoso?»

«¡Es el Dios de Israel;
Dios fuerte y valiente!
¡Es nuestro Dios,
el valiente guerrero!»

«¡Abran los portones de Jerusalén!
¡Dejen abiertas sus antiguas entradas!
¡Está pasando el Rey poderoso!»

10 «¿Y quién es este Rey poderoso?»

«¡Es el Dios de Israel,
el Rey poderoso!
¡Él es el Dios del universo!» (Salmo 24)


¿Quién puede vivir cerca de Dios?  Esta es la pregunta que el salmista se hace y trata de responder en esta canción.  ¿Cómo es posible que gente como nosotros podamos tener acceso hasta la misma presencia de Dios? ¿Por qué es que Dios nos permite caminar cerca de Él a pesar de quienes somos y de lo que hacemos?  ¿Cómo es que el creador de todo puede vernos con amor a pesar de que resistimos su verdad?  La respuesta es: por su gracia.

 
La integridad en nuestra vida es el resultado del amor de Dios operando en nuestro interior. Es el resultado de caminar cerca de Él.  Es la respuesta lógica de quienes han aprendido a vivir como Él vive.  Las manos limpias y el corazón puro no son las consecuencias del esfuerzo personal sino la obra misericordiosa de nuestro Padre en nuestra vida.  Cuando nos dejamos atraer y sanar por su amor, sin duda alguna aprenderemos a vivir y ver la vida como Él lo hace y aun desearemos más de su compañía.  Podemos habitar cerca de él porque nos ama y su amor nos hace nuevos cada día.  Podemos disfrutar de su compañía en cada momento de nuestra vida por su inmensa bondad hacia nosotros.


El rey de la gloria; nuestro Padre, El creador de todo lo que existe, nos regala su amor y compañía cada día, no porque nosotros lo merezcamos, sino porque el pago el oreció para que nosotros pudiéramos regresar a la familia y disfrutar su amor.

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