DIGAN LO QUE DIGAN, YO SI CONFIO EN EL
Pero digan lo que digan,
fuiste tú quien me hizo nacer;
fuiste tú quien me hizo descansar
en los brazos de mi madre.
10 Todavía no había nacido yo,
cuando tú ya me cuidabas.
Aún estaba yo dentro de mi madre,
cuando tú ya eras mi Dios. (salmo 22.9-10)
fuiste tú quien me hizo nacer;
fuiste tú quien me hizo descansar
en los brazos de mi madre.
10 Todavía no había nacido yo,
cuando tú ya me cuidabas.
Aún estaba yo dentro de mi madre,
cuando tú ya eras mi Dios. (salmo 22.9-10)
Vivimos en una sociedad sin Dios.
Los poderosos de la tierra han logrado crear una sociedad donde Dios no
tiene razón de ser, en donde confiar en Él es anacrónico y peligroso, en donde
la ciencia se ha convertido en la deidad suprema. Se han promovido decenas de filosofías que
son inyectadas en la conciencia del hombre contemporáneo a través de la música,
el cine, la tv y hoy por hoy la internet.
Hoy muy pocos buscan a Dios, en el mejor de los cosas se anhela una
religión que calme la conciencia y en donde podamos seguir siendo los mismos de
siempre. Pero en realidad muy pocos confían
en Dios.
Los problemas diarios, las insatisfacciones y frustraciones, los
sueños que nos dicen que deseemos y las formas de vida de los famosos que nos
resultan tan apetecibles, nos dicen que no vale la pena confiar en Dios, que Él
no responde ni se interesa en nosotros, que si nosotros no luchamos por lo
nuestro Él no lo hará. El salmista vivía
lo mismo, sin embargo concluyó que nunca se olvidaría de Dios y lo reconoció
como tal aun desde antes de nacer.
Sin Dios en nuestra vida somos poco.
Alcanzamos menos y vivimos lejos de la felicidad. Sin Dios en la vida carecemos de rumbo,
dejamos de entender lo que pasa en nuestro entorno y empezamos a ir tras
ideales temporales que solo enredan nuestra vida. Sin Dios carecemos de sentido, de propósitos
que valgan la pena y de eternidad. La
vida fue diseñada para vivirla ceca de Él, porque de no hacerlo así, solo
sobrevivimos.
¿Qué harás tú? ¿Le harás caso
a esta sociedad secularizada y loca o reconocerás a Dios en tu vida? La vida que vale le pena, solo se puede vivir
en sus brazos.
Comentarios
Publicar un comentario