¿COMO TE AFECTA SU PALABRA?

 Ustedes, que en el cielo
están al servicio de Dios,
denle la honra que merece,
reconozcan su poder
y adórenlo en su hermoso templo.

³ La voz de nuestro Dios,
Dios de la gloria,
retumba como el trueno
sobre los grandes océanos.
⁴ La voz de nuestro Dios retumba con fuerza;
la voz de nuestro Dios retumba con poder.
⁵ La voz de nuestro Dios derriba los cedros;
nuestro Dios derriba los cedros del Líbano.
⁶ A los montes Líbano y Hermón
los hace saltar como terneros,
¡como si fueran toros salvajes!
⁷ La voz de nuestro Dios
lanza llamas de fuego;
⁸ la voz de Dios sacude el desierto;
¡nuestro Dios sacude el desierto de Cadés!
^9-10 La voz de Dios retuerce los robles
y deja sin árboles los bosques.
Nuestro Dios es el rey de las lluvias;
él se sienta en su trono
para reinar por siempre.
En su templo todos lo alaban,
¹¹ y desde allí le pedimos
que nos llene de fuerzas
y nos bendiga con su paz (Salmo 29)

¿Qué produce la voz de Dios en nuestra vida?  ¿De qué forma su Palabra afecta tu vida?  El salmista se maravillaba de como la voz de Dios afectaba toda la creación. El aprendió a reconocer y adorar a Dios por el poder su Palabra.

¿La Palabra de Dios es vital en tu forma de vida? ¿Su Palabra de transforma, te reta a dejar de ser quien eres y convertirte por su gracia en lo que Él espera de ti?  El poder de su Palabras sin duda afecta positivamente toda la creación y sin embargo, muchas veces nosotros la ignoramos, la rechazamos y le damos muy poco valor.  Pretendemos vivir creyendo las palabras de los líderes de opinión, la clase política, los artistas del momento y de los grandes filósofos de la actualidad.  Creemos que si seguimos sus consejos, opiniones y creencias, tendremos una mejor vida y olvidamos que solo vivimos por la Palabra poderosa que sale de la boca de Dios.  Solo Él tiene Palabras de vida eterna.

Ser gente religiosa es fácil.  Aparentar ser buenos cristianos lo es aún más.  Aun publicar cosas en las redes sociales que nos hagan ver como muy espirituales resulta sencillo, pero el reto está en cambiar verdaderamente por el poder de la perfecta y cierta Palabra de nuestro Padre.  Su Palabra nos debe mover a dejar de ser chismosos, busca pleitos, malhumorados, envidiosos, falsos, de doble ánimo, manipuladores, chantajistas, ventajosos, etc.  Solo así podremos decir que su Palabra es valiosa en nuestra vida.