¿Y SI VIVIMOS EN SU PRESENCIA?
Dime, Dios mío,
¿quién puede vivir en tu santuario?,
¿quién puede vivir en tu monte santo?
2 Sólo quien hace lo bueno
y practica la justicia;
sólo quien piensa en la verdad
y habla con la verdad;
3 sólo quien no habla mal de nadie
ni busca el mal de nadie
ni ofende a nadie;
4 sólo quien desprecia
al que merece desprecio,
pero respeta a quien honra a Dios;
sólo quien cumple lo que promete
aunque salga perdiendo;
5 sólo quien presta dinero
sin cobrar intereses,
y jamás acepta dinero
para perjudicar al inocente.
Quien así se comporta,
vivirá siempre seguro. (Salmo 15)
¿Cómo
vivir en la presencia de Dios? ¿Cómo podríamos presentar delante de Él y poder
disfrutar de su amor cuando sabemos de antemano que quienes somos dista mucho de
lo que debiéramos ser? El salmista se
cuestionaba y trataba de entender cuál debía ser la conducta de aquellos que
pueden vivir en la presencia de Dios.
Hoy
nosotros deberíamos hacernos la misma pregunta.
Hoy deberíamos revisar nuestra vida a la luz de los ojos de Dios y
comprender si estamos disfrutando la presencia de Dios o solo nos conformamos
con vivir una religión y seguir una serie de reglas que creemos nos hacen
aceptos al corazón del Padre. El
salmista quería disfrutar, conocer, vivir y ser feliz en la presencia de Dios. Su anhelo era compartir su vida con la de
Dios y quería saber qué clase de persona debía ser para lograrlo. Hoy nosotros haríamos bien al tener el mismo deseo.
Descansar en la gracia que nos fue dada para ser quienes reciban la bendición
de vivir junto al Padre. Es solo su amor
que nos sana de los malos aprendizajes denla vida lo que nos permite disfrutar
una vida junto a Él. Su perfecto amor
nos sana de la hipocresía, soberbia, mentiras, el deseo de usar a quienes nos
rodean, del doble ánimo, etc. Es Él
quien nos lleva a su presencia cuando se lo permitimos y no solo eso, sino que
nos enseña a vivir disfrutando una mejor vida a su lado.
¿Quién
disfrutará de la presencia de Dios?
Quien toma la decisión de aprender a vivir como él vive y entienda que
aun ello es una regalo dispuesto para todo aquel que lo desee.
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