¿Y SI DEJAS QUE TE LIBERE?
Mi
Dios, en ti confío;
¡sálvame de los que me persiguen!,
¡líbrame de todos ellos!(Salmo 7:1)
¡sálvame de los que me persiguen!,
¡líbrame de todos ellos!(Salmo 7:1)
De quien te
persiga, el único que puede librarte es Dios.
El salmista había aprendido que si queremos ser libres de quienes van detrás
de nosotros provocando dolor, solo el poder de Dios nos puede librar.
Quizá hoy día la
enfermedad va tras de ti trayendo dolor a tu cuerpo, quizá el desamor está
robando la paz de tu alma, a lo mejor en este tiempo estés experimentando críticas
o has sido marginado, señalado, burlado o discriminado. Quizá no tengas empleo o familia que te acobije.
A lo mejor los problemas con tus hijos o conyugue te roben el sueño. En cualquiera de estos casos, solo Dios puede
librarte. Quizá tengas capacidad para
enfrentar algunas de estas situaciones en tu vida, pero sin duda tarde o
temprano ello regresará a lastimarte nuevamente. Cuando Dios es quien nos defiende, somos
librados completamente. Quizá tengas
amigos influyentes, pero lo que ellos hagan no tendrá un impacto a muy largo
plazo, solo Dios tiene el poder para protegerte y cuidarte por siempre.
Si hay quien te
persiga ocasionándote algún sufrimiento, no olvides que Dios está listo para
defender y librarte de todas tus angustias.
No pierdas el tiempo buscando al compadre, él está igual que tú.
Comentarios
Publicar un comentario