SOLO EN EL ESTAMOS SEGUROS
Dios
es mi protector,
¡no me digan que huya a los cerros,
como si fuera un pájaro! (Salmo 11:1)
¡no me digan que huya a los cerros,
como si fuera un pájaro! (Salmo 11:1)
Vivir fuera de
la protección de Dios sin duda produce una vida llena de ansiedad. El salmista aprendió
a lo largo de su vida que si se vive bajo el cuidado de Dios no hay razón por
la cual podamos vivir en angustia.
Cada vez que
dejamos de caminar con Dios y empezamos hacer lo que a nosotros nos parece correcto,
sin duda terminamos preocupados, angustiados y llenos de temor. Sin Dios no hay presente seguro ni futuro que
valga la pena. Sin el cuidado de Dios
estamos a expensas de nuestras malas decisiones que nos llevaran muchas veces a
terminar en calles sin salida. Sin
embargo al valorar el cuidado y dirección de Dios nunca tendremos la necesidad
de huir.
El vivir cerca
de Dios nos provee de una vida segura, en paz, donde, a pesar de los problemas,
podemos caminar confiados y sentirnos libres de los temores que rodean la vida.
Si en verdad
queremos vivir en paz, el único camino posible para ello lo es vivir bajo la protección
y dirección de Dios, cualquier otra ruta terminará llevándonos al dolor, pues
fuera de la familia, cuidado y gracia de Dios no hay seguridad alguna.
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