¿QUIEN ES TU ESCUDO?
Dios mío,
son muchos mis enemigos;
son muchos los que me atacan,
2 son muchos los que me dicen
que tú no vas a salvarme.
son muchos mis enemigos;
son muchos los que me atacan,
2 son muchos los que me dicen
que tú no vas a salvarme.
3 Sólo tú,
Dios mío,
me proteges como un escudo;
y con tu poder
me das nueva vida. (Salmo 3:1-3)
me proteges como un escudo;
y con tu poder
me das nueva vida. (Salmo 3:1-3)
¿Cuáles son tus escudos? El salmista descubrió que ante los enemigos
en la vida el mejor escudo es Dios.
Los enemigos son muchos a lo
largo de la vida: el desánimo, la frustración, el desamor, la enfermedad, la escases,
la infidelidad, el abandono, la falta de empleo, etc. Cada uno de ellos y otros más arremeten en
nuestra contra a lo largo de la vida muchas veces. Pero ¿Cómo lo enfrentamos?
¿De qué forma nos protegemos de cada uno de sus embates? A veces con mentiras, otras más evadiendo, también
lo hacemos agrediendo y otras más negando.
En cualquier caso, el efecto es breve y terminamos sintiéndonos muy mal
y perdidos. Ante los enemigos de tu vida
solo hay un escudo que en verdad te puede proteger: Dios.
Solo Él es el único que nos puede
cuidar de todo aquello que sin duda puede destruirnos. Solo Él es el único que en medio del dolor
nos vivifica y nos levanta en victoria.
Solo Él es el único que nos puede sostener en medio de todo tiempo. Su poder, gracia y amor es lo único que nos
dará aliento cuando todo parezca perdido.
No te escudes en quienes están tan
oprimidos como tú. Escóndete en Dios
solo Él podrá protegerte en todo tiempo y de cualquier enemigo que te aseche.
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