¿QUE CRES QUE DIGA DIOS DE TI?


 
1-2 ¿Por qué se rebelan contra Dios
las naciones y los pueblos?
¿Por qué estudian la manera
de luchar contra él y contra su rey?
¡Inútiles son los planes
de los reyes de este mundo!
¡Quieren acabar con su poder!
¡Quieren librarse de su dominio!

Pero Dios desde su trono
se ríe y se burla de ellos.
Luego se enoja y los reprende,
se enfurece y los asusta.
Los amenaza diciendo:
«Ya elegí al rey
que gobernará desde el monte Sión,
que es mi montaña santa».

Voy a dar a conocer
lo que Dios ha decidido.
Él me dijo:
«Tú eres mi hijo;
desde hoy soy tu padre.
¡Pídeme lo que quieras!
Te daré como herencia las naciones;
¡todo el mundo será tuyo!
Gobernarás a las naciones
con mano de hierro;
¡las destrozarás
como a ollas de barro!»

10 Ustedes los reyes,
pónganse a pensar;
déjense enseñar,
gobernantes de la tierra.
11 Adoren a Dios con reverencia;
y con alegría ríndanle culto.
12 Adoren a Dios,
para que no se enoje,
pues fácilmente se enfurece,
y podría quitarles la vida.

¡Dios bendice
a todos los que en él confían!(Salmo 2)

 

Siempre nos importa mucho lo que la gente opine de nosotros, por ello tratamos de ser agradables con los demás y hasta condescendientes.  Buscaos ser parte de grupos en donde nos sintamos cómodos y donde nos sintamos aceptados.  Nos estresamos si alguien tiene una mala opinión sobre nu4estra persona, trabajo, conducta o creencias y muchas veces para evitar esas malas opiniones cambiamos nuestra forma de pensar y vivir, sin embargo olvidamos que la única opinión que en verdad cuenta es la de Dios. ¿Por qué?  Porque Él es el Rey.

El salmo dos termina diciendo “Dios bendice  a todos los que confían en Él”   Bendecir, es hablar bien.  Es decir buenas cosas sobre alguien, es declarar que esa persona tendrá buenas cosas en su vida.  Mucha gente que nos rodea no siempre habla bien de nosotros y ello nos incomoda o nos pone inseguros, sin embargo, a pesar de lo que podamos aprender del hecho, la única opinión que debería interesarnos de verdad es la que Dios tiene de nosotros.  La opinión de Dios nos cambia, trasforma nuestro entorno, nos provee de un presente bendecido y un futuro seguro. La opinión de Dios en verdad determina nuestra vida y nuestra eternidad.  Ninguna opinión de otras personas puede tener tal efecto sobre nosotros.  Sin embargo el “buen decir de Dios” tiene una condicionante. CONFIAR.  Quien ha aprendido a confiar en Dios, sin duda encontrará palabras de bendición para sí de parte de quien tiene toda la autoridad.  Si nuestra confianza está en el jefe, en el amigo, en los padres, en los hijos, en el compadre influyente o en el primo de un amigo que conoce gente importante, muy pocas cosas buenas se dirá para nosotros.  Cuando descansamos en Dios y dejamos que Él toma el control, su gracia será nuestra provisión para cada día y su Palabra siempre estará a nuestro favor.  No te preocupes por lo que digan otros de Ti, descansa en Dios y Él siempre dirá cosas buenas para tu vida.
 
 

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