¿NUEVA VIDA O SOLO RELIGION?


»Nosotros, los amigos de Dios,
esperamos impacientes
que castigue a los malvados.
2-3 Ellos les van robando

terreno a sus vecinos,
y allí crían el ganado que les roban
a los huérfanos y a las viudas.
4-5 Asaltan a la gente pobre,
y la obligan a esconderse.
Esos pobres huyen al desierto,
y luego van por los campos,
como burros salvajes,
buscando comida para sus hijos.
Van a los campos de esos malvados
y juntan uvas y espigas de trigo;
luego pasan la noche desnudos
porque no tienen con qué cubrirse,
y en las grietas de las rocas
se protegen de la lluvia.
A las viudas y a los pobres
les arrebatan sus hijos
para que paguen sus deudas,
10 y esos niños recorren los campos
cosechando trigo ajeno,
mientras se mueren de hambre.
11 Muelen aceitunas para sacar aceite
y exprimen uvas para hacer vino,
mientras se mueren de sed.
12 Maltratados y a punto de morir,
gritan desde las ciudades
pidiendo la ayuda de Dios,
¡pero él no les hace caso!

13-14 »Los malvados y asesinos
no andan a plena luz del día
ni obedecen a Dios;
apenas se pone el sol
salen y matan a los pobres;
ya entrada la noche,
buscan a quién robar.
15 Los que traicionan a sus esposas

esperan a que llegue la noche,
pues creen que en la oscuridad
nadie los verá con la otra mujer.
16-17 Los ladrones roban de noche;
no salen durante el día.
Aborrecen la luz,
pero aman la oscuridad». (Job 24 1-17)

¿Cómo es nuestra conducta? ¿A lo bueno le decimos malo y a lo malo bueno? Job había entendido que quien es amigo de Dios aprende a vivir como Él.  Job comprendió que vivir al lado de Dios es caminar en luz y no en obscuridad. Vivir en el Reino es dejar atrás toda una forma de ver la vida y vivirla.  Es ir contra cultura.  Es aprender una forma de vida en la que la verdad es la moneda de cambio y en donde el corazón no se esconde.

Cuando Jesús nos incluyó en el Reino no lo hizo para que siguiéramos reglas, sino para que entráramos a una nueva forma de vida en donde estar en luz es la mejor opción.  En donde el abuso, la manipulación, la agresión, el engaño y la violencia no tienen cambiada, no porque temamos a ser castigados, sino porque el amor del Padre nos ha convencido de que hay una forma de ser diferente y mejor.  En Jesús nuestra naturaleza cambio.  Dejémosla ver a través de nuestra nueva forma de vida.
 

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