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10 Después de que Job oró por sus amigos, Dios hizo
que Job volviera a prosperar, y le devolvió el doble de lo que antes tenía. 11 Todos
sus hermanos y hermanas, y todos los que antes lo habían conocido, fueron a
visitarlo y celebraron una gran fiesta. Lo animaron y lo consolaron por todas
las tragedias que Dios le había enviado, y cada uno de ellos le regaló una
moneda de plata y un anillo de oro.
12 En sus últimos años de vida, Job recibió de Dios
más bendiciones que en los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas,
seis mil camellos, dos mil bueyes y mil burras; 13 además, tuvo
catorce hijos y tres hijas. 14 A la primera de ellas la llamó
Paloma, a la segunda la llamó Jazmín, y a la tercera la llamó Azucena. 15 Estas
tres hijas de Job eran las mujeres más hermosas del país, y tanto a ellas como
a sus hermanos, Job les dejó una herencia.
16 Job vivió
todavía ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y nietos, hasta la
cuarta generación. 17 Luego de haber disfrutado de una larga
vida, murió siendo ya muy anciano. (Job 42:10-17)
Dios es el único que puede hacer
de nuestra vida algo que en verdad valga la pena. Job pensaba que todo en su vida estaba bien,
pero no fue hasta que Dios intervino que Job conoció una mejor vida que la que tenía.
Nosotros podemos pensar que hemos
hecho algo bueno con nuestra vida. Hasta
podemos sentirnos satisfechos con todo lo que hemos alcanzado y logrado, pero
no será hasta que dejemos a Dios intervenir de verdad en ella que no
conoceremos la verdadera felicidad que viene de lo alto.
La vida que en verdad vale la
pena es aquella que en obediencia construimos junto a Dios. La vida que sin
duda nos hará sentirnos satisfechos es aquella que en Dios tiene alcances
eternos. La vida que en verdad nos hará sentirnos
felices, solo viene de las manos de Dios.
Quizá hoy te sientas triste
porque no ves resultados de tu esfuerzo.
Quizá aunque mucho de lo que te has propuesto ha sido alcanzado, en tu
interior percibes que algo falta. En cualquier
caso, solo Dios es el único que puede darle sentido a todo lo que eres, deseas,
tienes y sueñas. Solo en Dios vale la
pena vivir y solo esa vida que Él tiene para nosotros nos hará felices. Deja que el intervenga en tu vida y cuando lo
hagas nada será igual.
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