MEJOR LO ALABO
El día en que los ángeles se reunían con
Dios, también el ángel acusador se presentó, 2 y Dios le dijo:
—¡Hola! ¿De dónde vienes?
Y el acusador contestó:
—Vengo de recorrer toda la tierra.
3 Entonces Dios
le preguntó:
—¿Qué piensas de Job, mi fiel servidor? No hay en toda
la tierra nadie tan bueno como él. Siempre me obedece en todo y evita hacer lo
malo, y me sigue obedeciendo, a pesar de que me convenciste de hacerle mal sin
ningún motivo.
4 El ángel
acusador le contestó:
—¡Mientras a uno no lo hieren donde más le duele, todo
va bien! Pero si de salvar la vida se trata, el hombre es capaz de todo.
5 Te aseguro que si lo
maltratas, ¡te maldecirá en tu propia cara!
Dios le dijo:
6 —Muy bien, te
dejaré que lo maltrates, pero no le quites la vida.
7 En cuanto el
acusador se marchó, llenó a Job con llagas en todo el cuerpo. 8 Por eso, Job fue a sentarse
sobre un montón de ceniza, y todo el día se lo pasaba rascándose con una piedra.
9 Su esposa fue a
decirle:
—¿Por qué insistes en demostrar que eres bueno? ¡Mejor
maldice a Dios, y muérete!
10 Pero Job le
respondió:
—No digas tonterías. Si aceptamos todo lo bueno que
Dios nos da, también debemos aceptar lo malo.
Y a pesar de todo lo que le había sucedido, Job no
pecó contra Dios diciendo algo malo. (Job 2:1-10)
Somos parte de una generación en donde solo es algo es bueno o
provechoso si nos gratifica. El
sufrimiento, dolor, retos o dificultades son evaluados como situaciones que se
deben evitar a toda costa y si no se puede lograr por lo menos vivir en la
queja permanente. La mujer de Job, nunca
mostro amor o compasión hacia él. Más
bien le era carga verle en la condición en la que se encontraba su esposo. Si sufría, se dolía o estaba en angustia no
importaba, lo que realmente importaba era su molestia al ver que su estilo de vida se caía.
Es triste ver como aun en la iglesia se nos enseña a valorar mal la
vida. Es común escuchar predicas cuyo
principio de fondo se centra en la verdad de que si no tenemos lo que deseamos
o “soñamos” es porque “algo” está mal en la vida. Se nos enseña a anhelar la satisfacción a
toda costa y desvalorar los tiempos de lucha y prueba. Job pasaba por un tiempo en las cosas no
irían bien. Sería un tiempo en donde lo
logrado se perdería, los sueños se desvanecerían y la fuerzas para vivir serían
escazas. Pero también sería un tiempo en
donde todo “el lastre” acumulado en la vida de este hombre quedaría en el
pasado. Dios estaba permitiendo ese
dolor en la vida de Job para que pudiera disfrutar con una nueva visión la vida
que tendría por delante. Es por ello que
debemos aprender a enfrentar las luchas de la vida con n corazón agradecido,
pues sin duda lo que Dios hace en nuestra vida será en su tiempo bendición.
Nunca digamos algo malo de Dios, ni le echemos la culpa por nuestro
dolor. Tampoco hagamos a los consejos de
quienes pretenden llevarnos a estar lejos de quien nos ha amado desde la
eternidad. Mejor adoremos, aprendamos, descansemos y caminemos junto a Dios no
solo cuando tengamos motivos para reír, sino también cuando estemos pasando por
un tiempo en donde estamos siendo “arreglados”
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