LA RESPUESTA ES DIOS


 
»Yo no les pedí que vinieran,
ni tampoco les pedí dinero
23 para que me salvaran

de mis malvados enemigos.
24 Demuéstrenme en qué he fallado,
y me callaré la boca.
25 Si tuvieran razón, no me ofendería;
¡pero ustedes me acusan
y no tienen pruebas!
26 No me juzguen por mis palabras,
hablo así pues estoy desesperado,
y las palabras se las lleva el viento.
27 ¡Ustedes son capaces de todo,
hasta de vender a un huérfano
y abandonar a un amigo!

28 »Mírenme a los ojos,
y díganme si soy un mentiroso.
29 No sean injustos conmigo

y dejen de juzgarme;
reconozcan que soy inocente.
30 No les he mentido.
¿Acaso creen que no sé distinguir
entre la verdad y la mentira? (Job 5:22-30)

Nunca falta quien nos critique.  Siempre hay quienes emocional o físicamente nos abandonan.  Sin duda siempre habrá gente en nuestro entornos que nos de cara de amistad pero a nuestras espaldas nos traicionan.  Job se sintió decepcionado de sus “amigos” y con ello, se agregó un dolor más a su vida.

A veces es el conyugue, otras más los hijos, los padres, amigos muy cercanos en quienes confiamos y a quienes abrimos el corazón, pero nunca falta quien a nuestras espaldas hablan de nosotros y nos traicionan.  Muchas veces podemos hacer frente a esas circunstancias, sin embargo en otros momentos es tanta la decepción que terminamos metidos en dolor y depresión.  Muchas veces de quien menos lo pensamos recibimos violencia emocional, critica, rechazo, abandono y dureza de palabras.  Como Job, agregamos con ello, un nuevo dolor a nuestra experiencia de vida.

La realidad es que creamos expectativas de lealtad, entrega, amistad, etc. En quienes no pueden dar algo así y cuando no cumplen nuestra expectativa sufrimos tal y como le paso a Job.  La realidad es que solo Dios puede darnos lo que nuestra alma necesita.  El jamás nos traicionará, su amor sin duda saciará cada una de nuestras necesidades de afecto, jamás nos dejará solos y mucho menos nos dará la espalda.  Nunca producirá un vacío en nuestro corazón.  Solo Dios es el único que nos puede amar de tal forma que nos sentiremos satisfechos y completos.  Su amor siempre es verdadero y sanador.

No busquemos más. No toquemos más puertas, dejemos de buscar al amor de nuestra vida.  Todo ello y más lo encontraremos en quien lo dio todo por nosotros: Nuestro Dios.
 
 

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