LA PALABRA QUE CONSUELA ESTA EN DIOS
Elifaz le dijo a Job:
2 «Puede ser
que no te guste
lo que tengo que decirte,
pero no puedo quedarme callado.
3 Si bien recuerdo,
tú fuiste maestro de muchos
y animabas a los desanimados;
4 palabras no te faltaban
para alentar a los tristes
y apoyar a los débiles.
5 Pero ahora que sufres,
no lo soportas
y te das por vencido.
6 Según tú, no haces nada malo,
¿por qué entonces desconfías de Dios?
lo que tengo que decirte,
pero no puedo quedarme callado.
3 Si bien recuerdo,
tú fuiste maestro de muchos
y animabas a los desanimados;
4 palabras no te faltaban
para alentar a los tristes
y apoyar a los débiles.
5 Pero ahora que sufres,
no lo soportas
y te das por vencido.
6 Según tú, no haces nada malo,
¿por qué entonces desconfías de Dios?
7 »¡No me
vayas a decir
que quien hace lo bueno
sufre y acaba mal!
8 He podido comprobar
que quien mal anda mal acaba.
que quien hace lo bueno
sufre y acaba mal!
8 He podido comprobar
que quien mal anda mal acaba.
9 »Cuando
Dios se enoja,
con un soplo destruye al malvado,
10-11 y aunque ruja o gruña como león,
Dios le romperá los dientes.
Como no podrá comer,
se morirá de hambre,
y sus hijos tendrán que huir (Job 4:1-11)
con un soplo destruye al malvado,
10-11 y aunque ruja o gruña como león,
Dios le romperá los dientes.
Como no podrá comer,
se morirá de hambre,
y sus hijos tendrán que huir (Job 4:1-11)
Cuando la vida va
bien todos quieren compartirla con nosotros, pero cuando las cosas se empiezan
a poner “color de hormiga” entonces todos tiene una explicación del porque
estamos pasando por esa situación tan dura.
Job lo vivió en carne propia y sufrió las palabras duras de quienes
estimaba.
Hay días en que
necesitamos palabras de aliento y sin embargo encontramos crítica de parte de
los amigos. Quizá necesitamos muchas
veces es cuchar de nuestro conyugue un “nosotros saldremos adelante” y en vez
de ello de alguna forma solo percibimos un “es tu problema a ver como lo
resuelves porque a mí no me gusta”
Muchas veces más necesitamos escuchar de la gente de la iglesia un “no
te preocupes, Dios te sostendrá y te sacara de ello” y en vez de eso solo es
cuchamos “seguramente hay pecado en su vida por eso esta como esta” ¿Por qué pasa
esto? Porque nos acercamos a la persona incorrecta. Porque esperamos más de quienes no pueden dar
ya “un tono más alto” Porque confiamos
en quienes también sufren y de alguna manera necesitan sacar también su
frustración. Nos pasa esto porque no
vamos a Dios y descansamos en Él.
La Palabra de aliento
y esperanza está en Dios. No en el
compadre, los hijos, los padres o el conyugue.
Solo Dios entiende el dolor de nuestra alma y sabe “donde duele” Comprende porque duele y tiene bien definida
la razón del porque permite que nos duela.
Es por ello que la Palabra cierta para nosotros solo la escucharemos de
la boca de Dios y su efecto no solo traerá consuelo sino también sanidad y
restauración.
No tomemos ya los
malos “slogan” de la sociedad contemporánea que se repiten una y otra vez en Facebook,
Twitter, Instagram, etc. Busquemos a
Dios y digámosle que necesitamos de su Palabra para encontrar consuelo en
nuestra vida. Él nunca nos criticará y
mucho menos nos dará respuestas fáciles ni vías equivocadas para transitar por
la vida.
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