LA FELICIDAD NO SE CONSTRUYE FINGIENDO


 
34-35 Los malvados dejarán de existir;
los que se hacen ricos con engaños
verán sus casas destruidas por el fuego». (Job 15:34-35)

Ser honestos es un valor que se ha adaptado a una sociedad que promueve los motivos ocultos por encima de una vida transparente.  Hacer lo correcto por motivos no correctos también en un acto perverso.  Job tenía que comprender que siempre es prudente revisar las razones por las que somos quienes somos y no “tragarnos el cuento” que nos publicitan en los medios electrónicos de comunicación sobre nuestra identidad, valor, deseos, preferencias y conductas.

¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿En verdad deseamos lo que decimos querer? ¿Siempre dejamos ver quiénes somos y lo que hacemos u ocultamos emociones, relaciones, motivos?  Con facilidad construimos una imagen falsa de nosotros mismos y con ello pretendemos protegernos del dolor que nos ocasionan muchas situaciones o elaciones en nuestra vida.  Buscamos con ello ganar favor o admiración de quienes nos rodean y pretendemos también alcanzar éxito en lo que hacemos.  La verdad que quien finge y oculta sus verdaderas motivaciones sufre.  No puede haber bendición, alegría, prosperidad y desarrollo personal en quienes caminando lejos de Dios pretende hacer cosas manipulando a los demás, usando sus emociones para conseguir bienestar, en quienes violentan su entorno para intimidar porque en su interior hay miedo.  En quienes mostrando piedad a los demás ocultan acciones y emociones de odio, resentimiento, venganza.  La consecuencia de todo ello siempre será la misma: frustración.

Dios no desea que vivamos fingiendo  ocultando quienes somos.  En su Reino, la vida transparente es valorada.  En su Reino vivir sin dobles se festeja.  En su Reino hacer lo correcto por las razones correctas es más importante que alcanzar el éxito y reír un rato.  Seamos como nuestro Padre: vivamos en transparencias y aprendemos a ser feliz de esa forma.
 
 

Comentarios

Entradas populares