LA CAUSA SOMOS NOSOTROS MISMOS
»¡Siempre
hay una razón
para el mal y la desgracia!
7 Así como el fuego es la causa
de que salten chispas,
nosotros somos responsables
de nuestra propia desgracia. (Job 5:6-7)
para el mal y la desgracia!
7 Así como el fuego es la causa
de que salten chispas,
nosotros somos responsables
de nuestra propia desgracia. (Job 5:6-7)
Los tiempos
difíciles siempre tienen una causa.
Nuestra necesidad de madurar.
Dios permite que muchas cosas pasen en nuestro entorno por su amor y
gracia en favor de nosotros. El deja que
en nuestra inmadurez nos equivocamos de ruta, para quitar el lastre y llegar a
una vida más satisfactoria y de libertad.
Sin embargo Job debía aprender na lección: La causa del dolor personal, somos nosotros
mismo.
Es fácil echarle
la culpa a medio mundo por nuestra desgracia, sin embargo hay una verdad.
Nosotros somos responsables de nuestra propia desgracia. No hay más que mirar hacia nuestro anterior
para darnos cuenta que si la relación de matrimonio nos frustra no es porque el
otro sea incapaz de hacernos feliz o darnos lo que deseamos, sino porque no
fuimos capaces de elegir correctamente o construir una relación que trajera
bendición. Si nuestros hijos nos dan “dolores
de cabeza” no es porque sus amigos son malas influencias, sino porque no fuimos
los padres que ellos necesitaban, si el trabajo nos cansa emocionalmente, quizá
sea porque no hemos sido sabios al construir nuestra vida profesional, etc. Nunca la causa está fuera de nosotros sino
nosotros sin duda siempre seremos la causa.
Job tenía que
aprender de ello y nosotros también.
Madurar implica enfrentar correctamente las situaciones complicadas para
aprender que de nosotros debe ser modificado a fin de darle una cara diferente
a la vida. A fin de ser más eficientes
al vivir, llegar a ser aquello que Dios
ha dicho de nosotros. Creer que el
problema está en el otro es evadir y nos somete a la misma vida que vive el
maligno: conseguir lo que se desea sin asumir responsabilidad. Pretender ver en otros lo que es nuestro
defecto personal, jamás ayudará en nada a nuestra vida.
Aprendamos que
si nos duele, la razón sin duda está en nuestro interior nunca fuera de
nosotros.
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